Mario Zakin, El Río de la Plata, los conflictos con las potencias extranjeras, la “Guerra Grande” y la caída de Rosas, 1838-1852

La llamada Guerra Grande fue el resultado de una serie de acontecimientos que entrelazaron las guerras civiles argentinas (federales contra unitarios) y uruguayas (blancos contra colorados), a las que se agregaron las intervenciones en defensa de sus intereses comerciales y políticos de potencias extranjeras como Francia, Gran Bretaña y el Imperio del Brasil.

El litoral argentino se encontraba constantemente en oposición a la política rosista de mantenimiento de los privilegios del puerto de Buenos Aires, cuya aduana constituía la fuente primordial de sus recursos económicos. Frente a los acuerdos que se hacían y deshacían entre los gobernadores de Corrientes y Entre Ríos y el presidente oriental Fructuoso Rivera, así como con el gobernador del estado de Río Grande, en disidencia con el Imperio brasileño, el gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas decidió en los albores de 1842 el retorno a la región del ejército comandado por Manuel Oribe, vencedor de Lavalle y de la Liga del Norte.

Era el momento oportuno para que Oribe recuperara el poder en la Banda Oriental, perdido el 24 de octubre de 1838, a manos de Rivera. Para Rosas era la posibilidad de acallar la acción de los emigrados argentinos instalados en Uruguay, agrupados en la llamada Comisión Argentina, y de contar en su frontera oriental con un gobierno aliado, favorable a su política.

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